Un día para recodar, donde las risas, la convivencia y la naturaleza fueron las primas del día. La subida tendida pero larga se hizo llevadera entre pistas y pinares. Una vez llegados al santuario visita obligada a nuestra Virgen de la Cabeza y a comer. Después empieza la deseada bajada, donde las trialeras y senderos nos hicieron disfrutar a lo grande hasta llegar de nuevo a Andújar.
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